Vientos

Nada puede lograr callar a los vientos hoy,
solo intentos efimeros desvian sus soplos;
nada hizo posible aquella locura.
Los vientos tambien secaron el llanto...
Todo el horizonte estuvo cerca alguna vez,
peo fue creciendo esa distancia en el reloj
y un hechizo transformo la suerte,
la muto a destierro eterno.
Todas las palabras se volaron en cenizas;
la mentira estuvo ausente en el mismo instante
que el desgarro desgarraba la verdad...

Yo rompí los ojos negros
y mire hacia donde nada era cierto;
me adueñe de una quimera
que en su espejo reflejaba un muerto.

El silencio fue guardian de una larga espera;
el cansancio de las luces dormia junto a las miradas.
Yo solté las manos muertas,
senti los besos del recuerdo,
agoté todo mi aire,
y resguardé mi alma de los vientos.

(Bragado, 2004)

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