Incognitas (I)

¿De quiénes son estas casas inundadas de olvido?
¿Quién cubre tantos sueños con tanto espanto?
¿Por qué es tan extraña la voz del eco de tu voz?
¿De qué se ríe este callejón sin luz?
¿De quién es la cruz que sigue estorbandonos el paso?
¿Quién crusifica el azar?
¿Quién derriba murallas?

¿De qué lado quedé?
¿cómo quedan los dados?

Los barquitos que dejaste naufragar en el llanto
de sirenas perdidas, ¿de qué mares serán?
¿Quién quizo que todo se olvide?
¿Qúe pretende este incierto aire a neblina?
¿Quién junta el arroz de las desparejas?
¿Quién llora el ayer?
¿Quién muere el hoy?

¿De que lado soy?
¿Quién ocupa el cuerpo donde ya no estoy?

¿Quién cierra puertas y abre ataudes?
¿Quién puede dudar entre ser o no ser?
¿Quién sabe si todo está escrito?
¿Quién quiere querer?
¿Quién tiene piedad cuando se puede ser sable?
¿Quién calla verdades y futuros?
¿Quién quiere alcanzarme?

(La Plata, 2004)

Contra el verano

Guardé los lagrimeos en el fondo del armario
y le puse a mi guitarra cuerdas nuevas,
con la d del desconsuelo que arranqué del diccionario
remendé mi parasol pa cuando llueva.

Me puse casi en forma sin dejarlo casi todo,
cuatro gárgaras de vodka y tres flexiones,
mi sosias del espejo me hizo un guiño quasimodo
comprendiendo que volvían los aviones.

Por más que lo disfrute el escenario no se cura
con yingyanes, con aplausos, con pastillas,
si muerde la tormenta el corazón de la amargura
la recibo sin bombín y de rodillas.

Las sábanas de hotel son el sudario del viajero
que desgrana su canción a la deriva,
el primo de mi primo se desangra en el albero
pendenciero de la tinta y la saliva.

Que llegue pronto octubre sin Madrid ni Barcelona,
que regresen a su ruta las rutinas,
que vuelva a la vitrina del museo mi Tizona,
que no lloren más por mí las argentinas.

(Joaquin Sabina)

(La Plata, 24/11/2007)

Los nadie

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadie con salirde pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva acántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre,muriendo la vida,
jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de laprensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.

(Eduardo Galeano)

(La Plata, 24/11/2007)

Deber

A tantas madrugadas
donde el fuego de la almohada me enfriaba
a la misma encrucijada
en la que tantas veces te encontre
a los huesos de los pies
que pisaban el lodo de los días
a tantas melodias
que retumbaban en nuestros cristales

a esto y a etcetera
le debo la lágrima y la risa
el beso y el olvido
lo de ayer y lo que viene

(La Plata, 2004)

Adicción

Veo cada sombra de la noche
intuyo algunas caras de los días...
todo esto por que el aire ambulatorio
no es más que un viejo desganado
un sueño dormido, un domingo febril

Veo cada sombra de la sombra
palpo algunas caras de las días...
todo esto por que el viento indefinido
es solo un niño desnutrido
un extraño conocido, un recuerdo.

(La Plata, 2004)

Carácter transitivo

Cicuta de los males, nodriza adolescente,
cornisa del mal genio, ingenio de pensión,
misterio contagioso, borroso sufrimiento,
hermana de mi hermano y de mi corazón,

te guardo la tristeza aquí, en esta cajita,
te tomo de la mano y te llevo a pasear
por locos de remate y feria paraguaya
entre cuerdos de ambo y pasillos sin luz.

Te espero de este lado para borrar las rejas
y arrancarle las quejas a tu desilusión,
te espero con mis brazos en forma de un abrazo
y te presto mis dedos para uma nota só.

Me escondo en bibliotecas, planeo tu futuro,
lo riego con mi oído y sin clonazepam,
maldigo a ese bendito por sembrarnos las dudas,
deshecha la anhedonia te invito a disfrutar.

Soy muecas en tu cara, soy filo de tu sombra,
vos mi primer espejo, vos mi “amiga” mayor,
troquemos las gotitas aguadas de los ojos
y el pecho aprisionado por un poco de amor.

Piltrafa cariñosa de belleza sin par
por tu encanto te canto, soy tu segunda voz,
y por tus payasadas que arrancan carcajadas
te quiero y te requiero para verme mejor.

(a Maite)

Visita

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".

(Oliverio Girondo)

(La Plata,19/11/2007)

¡Todo era amor!

¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino. Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue, cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!

(Oliverio Girondo)

(Buenos Aires, 19/11/2007)

Poema 12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.

(Oliverio Girondo)

(Buenos Aires, 19/11/2007)

Ratos de tinta II

(I)

Agujeros negros en cuerpos mutilados...
por fingir se nos adhiere la oscuridad
de karmas de otra vidas desvividas
y no nos reconocemos en esta dualidad

(II)

Estrepitosa verdad que no arrastra cielos
ni rescata humanidades de su pálida vejez;
con el ruido de la tarde duerme el sueño
oscureciendo el tiempo de la niñez

(III)

El infinito tiempo sin precio ni olvido
es un suelo que se eleva y es un cielo que se cae
al equilibrio intenso de los dias y las noches
que se pierden en el viento y se vuelcan en el mar

(La Plata, 2005/2006)

Seria ideal

Seria ideal cortarle al tiempo pies y manos
y dejar sin aire a la soledad;
calmar los estragos de las noches negras y sin luna
y cubrir con frazadas a los ojos más frios del dia

Seria ideal sentir que el viento sopla y acaricia
y no romperse los dientes contra un muro de carne;
tal vez se podrian convinar los besos con el llanto
y no tanto el llanto con el desconsuelo

Seria ideal amar y saber que el reloj no espera
que el presente queda haciendose pasado
que reir de risa es mejor que penar de pena
que el silencio no nos hace felices

Seria ideal barrer la vereda de las decepciones
volver a insistir con los sueños y las fresias
intentar no volverse loco de cordura
y volar más alla de todas y de todos

(La Plata, 2005)

Quebradizos paraisos encabronados II

Otra vez la canción contra el soneto
otra vez la isla negra de Neruda
otra vez la libertad contra los ghettos
otra cuenta que regresa ante la duda

otra vez la disfagia de los días
otra vez la hemorragia del reproche
otra la pelea tuya y mía
otra vez la disnea de la noche

otra vez la menopausia del deseo
otra vez el ying, el yang y el purgatorio
otra vez los escondites del careo
otra vez la oscuridad del dormitorio

otra vez la maldición contra el sentido
otra vez la bendición desvanecida
otra vuelta alrededor del desvalido
otra vez la condición desconocida

(La Plata; Mayo, 2007)

Final (desde tu cama)

Tuve el mundo en mi mano y en mi cabeza,
en mi boca tuve el beso zurdo de tu mirada.
Tuve el mundo en mi pecho, tuve tu almohada
y en mi mano derecha sobre tu mano
tuve el frío reflejo de tu tristeza.

Lloré cada espejismo y cada sonrisa,
cada viernes lloré espeso el llanto de la semana.
Lloré cada espejismo, lloré tu ausencia
y del mundo que tuve sobre mi cuerpo
tras el fuego y el llanto tuve cenizas.

Queda solo la ausencia junto a tu almohada,
queda con mi cabeza, con esta mano.
Solo lloro, he guardado fríos reflejos del fuego
y del beso más zurdo de tu tristeza
me he guardado cenizas en la mirada.

Llorar a lágrima viva

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

(Oliverio Girondo)

(La Plata, 09/11/2007)

Sincericidio

Frente a este muro de mil palabras hay un lamento
que desespera con esperanza de copetín
en esa cloaca de la memoria que es el recuerdo
que se hace olvido justo al momento de resurgir.

Lamento tanto tener que hacerlo, es tan grotesco decirlo así
esta tristeza que está llegando se quiere ir…

Detras de los parpados caídos

Yo conte sin espiar, sin medir las consecuencias
Tu saliste alejandote, escondiendote de mi vida
Yo, iluso, grite "el que no se escondió se embroma"
Tu doblaste por la esquina del dolor, sin siquiera ser vista.

Yo vi caer la noche, paseando a la bruma
Tu te mimetizaste de negra, de caso perdido, de casi lo olvido
Yo tropeze lo mas que pude con mis vicios
Tu conociste la mirada del odio, el rencor, la agonia.

Yo empecé a buscar, como quien busca lo perdido
Tu supiste moverte a tiempo, anticipando mi instinto
Yo me sacaba la sed, solo con tragos amargos
Tu bebias a diario, las gotas del remedio que restaura el olvido.

Yo perdiendo mi petiza
Tu perdiendo tu negrito
Yo te descubrí ayer, hoy y mañana
Tu estabas en la oscuridad... Detrás de los parpados caídos

IV/XI/07

Costado

Donde los epitafios ya fueron escritos
como arabescos grandiosos
y algunos textos apócrifos
emanaron esa aurora de calma tan sigilosa.

Donde el autor le dio forma de mujer a sus poemas
y huyeron del mar las olas y hoy los inviernos se queman.

Allí crecerán las flores
que rezarán en la tumba
de la forma del amor y el desconsuelo;
y el costado más remoto en la oración me hará un otoño
en el pecho y en los hombros
me cargará su otra cruz.

Autopsicografía

El poeta es un fingidor...
finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.

(Fernando Pessoa)

(La Plata, 03/11/2007)

Contramilonga a la funerala

María de Buenos Aires
murió por primera vez;
se lo dijeron -fue tarde-
con sus muecas funerales,
un puñal y un cascabel.

Y el alba se atoró con sensación de embolia
rea, de cuando la Niña, arriando el gesto,
rumbo a una calle con velones y magnolias
ya con las cosas de morir y el frío puestos.

Y en la esquina donde aún tejen
las Mamitas con esplín,
dos Malenas de relente
-que habían muerto muchas veces-
le enseñaron a morir.

Misterio allá, misereteando en la maroma
de un jingle obsceno en soledad de sacramento,
fueron cinchando la cureña de palomas
los doce judas de un cristito temulento.

Por las fábricas, las pibas
que hacen la noche a telar,
le pusieron, a María,
un malvón de poliamida
y una orquídea de percal.

Por el escote, le salía una neblina
negra y atada con la cinta sucia y triste
que un raro beatle destrenzaba, a la sordina,
del luto misterioso de sus twistes.

Se murió tanto la Niña
cuando se puso a morir,
que era una trágica encinta
que, llena de muertecitas,
no cesaba de parir!

Que cosa! nuestra María
murió por primera vez...
La enterraron dos mendigas
al doblar de las propinas
en la borra de un express.

Pero en su sola catamufa, zurdo antojo
de un loco mimo sobrehumano, a contrayumba
de dos pequeñas explosiones de los ojos,
echó dos lágrimas de rimmel por la tumba...

María de Buenos Aires
lloró por primera vez.

(Horacio Ferrer) - de "María de Buenos Aires"