Dia cualquiera

Por razones invisibles, cuando nace el dia agonizo;
da igual si es miércoles o jueves o viernes, agonizo...

Entonces, con el cuerpo en caida libre
camino la ciudad y las paredes
pago impuestos impostores
doy media vuelta y digo gracias por costumbre
me reintegro al afuera, miro el cielo
él quizas tambien me esté mirando
parpadeo, cuento pasos, pasa un angel
me dedico a no pensar y siempre en un rincon
asoma un pensamiento conocido
tiene varios apodos pero siempre el mismo nombre...

vuelvo a casa, ella nunca se olvida de abrazarme
me envuelve en sus manos blancas y me abriga
prendo un cigarrillo, el café espera compañia
y lo acompaño, abro un cuaderno, lo reviso
esperando alguna idea que me sirva de descarga
escucho un disco que derrite lagrimales
de pronto parece asomar algo en la memoria
lo retengo y se transforma en un segundo en palabra escrita
en fin, lo firmo y ya es de quien lo lee...

Es hora de almorzar, asi lo dice la rutina
entonces almuerzo, juego un rato con los sueños
me ganan, les empato y ahi quedamos
los sueños por un lado, yo por otro
pero solamente por ahora...

Vuelvo al mundo mundano que nos toca en suerte
soy estudiante, por lo tanto estudio un poco
vuelven, acediando, los apodos, los decoro con sonrisa
abro puertas, cierro historias, pongo llave al desconsuelo
la sola condicion de estar despierto me desvela
la tarde se atardece mas de lo normal
y entonces me diluyo en el tiempo de las letras y las notas...

Consigo un pasaje al fin del mundo, solo de ida
me embarco en el barco de la utopia utopica
pero los apodos y las olas provocan mi naufragio
pierdo la conciencia, la encuentro nadando en los recuerdos
y en consecuencia la salvo del olvido...

Y ya, cuando la agonia y la noche me cubrian de frio
llega alguien a sacarme las penumbras y a ponerme el corazón...

Se duerme...
Me duermo...
Y recien ahí vuelvo a la vida.

(La Plata, 27/08/2007)

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