Como un lamento

Digo que estoy de rodillas,
digo que sangro por dentro si el barro se vuelve tierra.
Cuando el ajiaco escasea y se entrevera la gente
se inunda de pedregales el bosque que ayer dio leña.

Amenizando la tarde
los pastizales sureños van encendiendo sus sombras
junto a los juncos las aguas de las lagunas profundas
se van quedando sin calma tras las sequías que nombras.

Por suerte llevo mis quejas,
porque hay otros que ni eso pueden traer de sus pagos,
silbando una vidalita aminoran la tristeza
junto a un perro vagabundo que acompaña con pereza.

Vino volando esta esquirla,
vino dejando una huella,
como un lamento se aleja.

La noche llega temprano
hasta el yerbal más cercano para dar al tarefero
una guitarra afilada que entrega acordes menores
para lavar el polvillo que se junta en el alero.

Si los jornales se achican
y vamos quedando pocos bailando esta zamba añera
vendrán caranchos gustosos a devorarnos la cena
mientras en los quebrachales lloramos pena por pena.

Canto para los mineros,
los arrieros, los mensúes, canto para el jangadero,
canto para los zafrales, para un viejito salteño,
para entregar las disculpas por la tensión de estos tiempos.

(Música con Letra)

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