Tatuaje

Estas son mis palabras más intrascendentes,
mis oraciones sin predicado,
mis manos puestas en bocas,
mi boca puesta en sus manos.

Estas son mis palabras menos refinadas,
mis creencias más soslayables,
mis miradas desatendidas,
mis pisadas conmensurables.

Son credos mielinizados que partieron de unas yemas
con dedos que están en manos en brazos a mis laderas.
Son manifiestos vacíos de crímenes realizados
que ejercen autocensura, incoherentes, destramados.

Estas son letras minúsculas, las únicas que me salen,
las que no cobran sentido, las que no ganan si valen,
las que no pierden si evaden, las que el ello nunca escucha,
las que miran de reojo mientras recaen en la lucha
contra viejos usureros que nos dejan sin despojo.

Estas son mis palabras más adolescentes,
mi cadáver exquisito,
mi relato interrumpido,
la escasez que yo amerito.

Estas son mis palabras más improvisadas,
las que a penas son axiomas,
las que pierden la temática,
las que siempre llevan comas.

Son aforismos cansinos de alquimistas jubilados
que se convierten en tinta sobre un bloc cuadriculado.
Son autodefiniciones que dialogan con si mismas
mientras el que va leyendo se queda fuera del prisma.

Estas son letras noctámbulas, sacrilegios publicados,
parecen hojas de un árbol que en un otoño dorado
por no ser la contra cara van cayendo verdecidas
sin aportar al paisaje la homogeneidad querida
no por ausencia de ideas, sino por la de engranaje.

Estas son mis palabras menos orgullosas,
mis ganas de verme alado,
son mi mutis por el foro,
son mi ruego desalmado.

Estas son mis palabras más egoístas,
de las que ya me aburrí,
las que predico en silencio,
las que escribo para mi.

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