La verdadera dimensión de las cosas

La conocí de noche por costumbre
en un cierto funeral de la cabeza
y aunque ahora me lleno de detalles
no recuerdo ni el nombre de la callle
así estaba de oscura la tristeza...
así estaba de oscura la tristeza.

Siempre la conocí con el enigma
que todavía la sigue como un perro
esa mezcla de sueños de esmeralda
que lo mismo te besan las espaldas
que te dan puntapies como de hierro...
que te dan puntapies como de hierro.

El día del amor me parecía
que el planeta vivía de mi aliento
que mis pulmones eran de la tierra
como son las granadas de la guerra
o como son los pájaros del viento...
o como son los pájaros del viento.

Ella conoce todos los secretos
y te cuenta al oído maravillas
yo no digo que sean las verdades
pero a quien se le apagan las estrellas
no le puede importar si un foco brilla...
no le puede importar si un foco brilla.

Sus caricias aún son poesías
acaricia con todo el universo
te acorrala con cantos como casas
te seduce con besos como plazas
y te mata en placeres como versos...
y te mata en placeres como versos

Ella no es buena amante para un hombre
ella te absorbe tanto que no es buena
podré dejarla al lado del espejo
cuado mi funeral se ponga viejo
pues mientras siga muerto sigo en vela...
pues mientras siga muerto sigo en vela.

(Silvio Rodriguez)

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