Chamuyo

Volvimos a pisar (por fin) esta milonga
donde te vi una vez en brazos de un bacán
garufeando de pie, fané y descangayada,
vestida de mistonga (como aquella cortada)
soñando a tu Don Juan.

A vos que fuiste metedura de cualquier Discepolín
y pasaste por la ruina de biyuya de bulín
y hoy de los arrabales de tu alma sale luz,
como un perro andaluz, perdido en los anales
de tu consagración, te estoy siguiendo aún.

Brillemos otra vez en esta oscuridad
de luces de gotán y mishiadura,
menjunje de bailongo y bandoneón
con un poco de alcohol y de bravura,
bailemos a pesar del hondo resquemor
que azota a los amantes desdichados,
para después zarpar en yunta y de la mano
de un pobre corazón agazapado.

Si suena bien debute algún canyengue vozarrón
te invito a que despliegues tus quebradas
y si en la oscuridad nos olvidamos del amor
no trates de inventarte una coartada,
deja que te chamuye mi lunfardo fanfarrón
que nació de estas costillas en el fango
y te prometo que seremos inmortales esta vez
renaciendo en las entrañas de algún tango.

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